domingo, 20 de noviembre de 2011

Roads.

Las personas recorremos muchos caminos. Impuestos por nosotros, o por otros, pero no dejan de ser caminos. Sendas que se abren a cada segundo, con un infinito abanico de posibilidades únicas e irrepetibles.

Mucha gente los recorre en soledad. En el fondo siempre estamos solos, lo único que hacemos en acercarnos entre nosotros. Y a veces, sólo a veces, entre tantos roces fortuítos, como un gato callejero que mendiga algo de cariño, nos fundimos con alguien. Y puede ser pasajero, o puede ser para siempre. Depende de las decisiones que tomemos que sea de una forma u otra. Yo, al menos, ya he elegido.



viernes, 18 de noviembre de 2011

Goddess.



Aprovecho para añadir unas pocas líneas antes de escribir. Es un relato original, pero partiendo de una idea "sugerida". Todo este desarrollo ha sido mío. Y es el único de este tipo que veréis por aquí en mucho tiempo. La única advertencia es, ¿el lenguaje malsonante? Averiguadlo si os lo leéis y, por favor, ya que hacéis el esfuerzo de leerlo, comentadme qué os ha parecido. Es importante.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

Suspira, estremeciéndose al escuchar las pisadas que resuenan en la habitación vacía. Normalmente no está vacía. Normalmente, tampoco está con ella. Así que, desde su posición arrodillada, con la cabeza agachada y los ojos cerrados, sonríe para sí. Es un cuarto de invitados, pintado en limón pálido y con un armario, una cómoda, un escritorio cojo y un piano. El silbido de una fusta al rasgar el aire corta sus pensamientos, devolviéndola a su realidad.
-¿Estabas escuchándome?
 Titubea ligeramente al ir a responder. El labio inferior le tiembla ligeramente. No es la primera vez que hace eso, pero sí le ha prometido una sorpresa... Y aunque confíe plenamente en ella, no puede evitar un ansia infantil y un temor irracional ante el misterio.
-No, Ama. Lo siento mucho. Me he distraí...
-Silencio, pequeña.-dice la otra mujer, paseando por la habitación en torno a la figura agachada.-Sabes que llevamos bastante en esto. Pero, últimamente, no has respondido como yo esperaba. Y lo sabes.-sigue comentando, esta vez acariciando con suavidad los mechones azabaches. Le da un tirón que la obliga a levantar la cabeza y soltar un respingo.-¿Verdad, puta?
-Sí, Ama. Lo siento, Ama.
-¿Puedes darme una explicación?-pregunta con frialdad, soltándole el pelo y levantándole la cabeza con la fusta.-Quiero que seas sincera, pequeña puta. Sabes que tenemos confianza.
-Sí, Ama, confío en usted... Lo siento, estaba distraída...-la chica, de treinta años y tez un poco bronceada, se estremece.-Llevo un tiempo distraída, y sé que está mal. No quiero defraudaros, yo...
-Has sido una esclava incompetente. Y por eso te mereces un castigo.-dice antes de darle una bofetada. Los ojos oscuros la miran con entrega, tristes por no cumplir las expectativas. Ella se traga las ganas de regalarle un beso y la mira de nuevo con arrogancia:-Siéntate en el reposapiés que hay al lado del piano y cierra los ojos. 

La chica obedece y se dirige a cuatro patas hacia el mueble, únicamente vestida con un fino tanga de encaje y un collar de cuero negro al cuello. Se sienta en el reposapiés, de espaldas a su Ama y espera, intentando averiguar qué será lo próximo. Ella no quiere defraudarla, ella quiere hacerlo lo mejor que puede, pero ha tenido una semana un poco complicada, y teniendo en cuenta que no pueden verse todo lo que quisieran por culpa de los respectivos trabajos... Escucha cómo Ella revuelve en los cajones de la cómoda, reprimiendo un escalofrío. Se siente completa y, sobretodo, protegida. Aunque triste y con una presión importante en el pecho.
-Pon las manos a la espalda. Muy bien, zorrita. Me complace tener una mascota tan obediente.-escucha mientras le acaricia el pelo con cierta rudeza, pero también con calidez. 
-Ama, ¿de qué se tr...?
Un tirón de pelo corta su frase, seguido de un bufido.
-¿Qué dijimos del silencio, perra?
-Lo siento, Ama.

Desliza las cuerdas alrededor de los brazos suaves, con cuidado de meter bien cada cuerda por donde corresponde para hacer un nudo de bondage que quiere imitar desde que vio una colección de fotografía erótica artística en París. Al cabo de unos minutos, remata su obra con una lazada suelta, comprobando que no está muy prieto pero tampoco muy suelto.
-Ahora quiero que cierres los ojos. Sé una zorra obediente, ¿sí?
  La consabida afirmación muere en sus labios, ahogada por un suspiro de complacencia al sentirse tan indefensa, tan a merced de su Ama. Frunce el ceño con perplejidad cuando una venda cubre sus ojos y otra cuerda ata sus tobillos a las patas del pequeño mueble. Pero por encima de todo, le gusta saberse tan indefensa y tan sumisa, tan expuesta ante los deseos de su querida Ama. Escucha cómo se arrastra un asiento cercano y resiste las ganas de girar la cabeza para intentar averiguar de qué se trata. ¿Qué me habrá preparado?, se pregunta incesantemente mientras el corazón le palpita con fuerza.
 Una venda se desliza sobre sus ojos cerrados, cegándola completamente.
-¿Ama?-pregunta al oír pasos de nuevo, esta vez alejándose de ella.
-Tranquila, pequeña. Ahora quiero que escuches con atención y no te despistes como antes. 
-No me despistaré, Ama. Lo prometo.
  Deposita un beso sobre su cabello, sonriendo.

Esperaba... No sabe qué estaba esperando, si que le revolviese el pelo o que la castigase. Incluso se le ha llegado a pasar por la cabeza que volviese a ponerle unas pinzas y la dejase diez minutos en silencio, de pie a su lado para que supiese que no estaba sola. Pero desde luego que no se esperaba que levantase la tapa del piano con un ruido sordo y, tras un par de carraspeos, comenzase a tocar. No puede describirlo con palabras, simplemente se le antoja sublime, el hecho de que su Ama decidiese darle tal regalo. Así que se deja llevar por la música, atada al reposapiés y con la barbilla apoyada cómodamente en el pecho cubierto de cera ya fría.

                                                                                  *

Ambas están sentadas en la alfombra árabe tejida a mano, abrazadas. La menor levanta la cabeza con los ojos brillantes y se agarra al corsé de cuero y correas de su Ama, temblorosa.
-Yo... Muchas gracias, Ama. Muchísimas...
-Te has portado bien, pequeña. Pero ahora ya puedes llamarme por mi nombre.
-Gracias A... Perdón, Laura.-susurra apretándose contra ella. La sesión anterior a la pieza de piano la había extenuado un poco, pero la que la ha seguido la ha dejado agotada.
-Vamos al salón, anda. Te prepararé un té.
-No hace falta...
-Shh... Te lo has ganado a pulso.-se quedó mirando a la menor, elocuente.-Mi pequeña zorrita.
  La menor hizo un mohín, abrazándola. Algunas notas, al compás de su corazón aún desbocado, seguían resonando en su cabeza.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Today I'm Feeling Inspired, Freaks.

Edit: Aprovecho para aclarar que estas reflexiones se me ocurrieron hablando con Aikuir :D

Mi entrada sobre las etiquetas. Como dice el título, hoy estoy inspirada. Ponerlo todo en un mazacote de cosas no relacionadas no acaba de ser mi estilo. Mañana tendréis mi entrada sobre... Cualquier cosa.

Las etiquetas existen, como creo haber comentado en alguna entrada viejuna, porque la gente necesita controlar y conocer. Las etiquetas nacen del afán controlador del ser humano. Se etiqueta sólo lo que se conoce, y en base a eso se actúa como estipula el guión. O casi siempre es así. ¿Y cuando no se conoce algo? Cuando no se conoce algo, se tacha, se arrastra a un rincón, se ignora como cuando la gente vuelve el rostro al ver a alguien pidiendo. Las dos cosas son tristes. Y ambas son jodidamente ciertas.

Te pueden etiquetar dentro de un género. Masculino y Femenino, "de toda la vida". ¿Y cuando eres un chico pero no te identificas como tal? Eso no significa que seas un marica. Eso significa que, por encima de las características biológicas que te definan como un tío, eres una persona. ¿Que eres una tía y no te acabas de identificar como tal? No eres bollera ni transexual, sólo te pasa lo que a Tío 1. Ambos estáis hasta los ovarievos. Yo puedo tener las características biológicas de una chica, pero eso no me veta la sección de ropa masculina, no sé si me explico. Aprovecho para recordar a las Señoras Dependientas que no deben mirar mal a l@s clientes potenciales; si lo hacen pierden ventas. Sigamos. A ver... Yo soy una tía. Pero no tengo la necesidad de decir a los cuatro vientos "Miradme, soy una chica". Eso no significa que sea un tío. Ambigüedad, bonita palabra.

Te pueden etiquetar por la condición social. ¿Rico o Pobre? ¿O uno de esos desdichados, o desdichadas, de Clase Media que se parten la espalda para cobrar dos céntimos? Todo es subjetivo. 

Te pueden etiquetar por tu orientación sexual. Hacía mucho que esta amiga no aparecía por aquí. Pero es que es algo que parece que no le entra a nadie en su cabeza, en su perfecto esquema de etiquetas organizadas en categorías lógicas. Puedes ser un tío y que te molen las tías, puedes ser un tío al que le molen los tíos, puedes ser una tía a la que le molen los tíos, una tía a la que le molen otras tías, o puede gustarte la carne y el pescado. Todo a la vez, que somos omnívoros. Pues esto a la gente no le entra. "Enfermedad" y palabras peores suelen acompañar a "Gay" y a "Lesbiana". Pero también acompañan a "Trans", "Travelo-Travesti", "Bisexual"... E incluso a "Hetero-salido".
Te pueden etiquetar por tantas cosas... Soy una chica, adolescente, del género humano, friki, otaku, mangaka, escritora amateur, escritora de fanfictions, heavy, gótica, hippie, emo, me gusta la estética cyber. Y también me gustan las tías más que a un tonto un lápiz. Esto no me encasilla como "bollera", pero el condicional de "podría" estar Sentimentalmente con un tío no me etiqueta como "Pansexual". Independientemente de que esto último, lo siento chicos XD, no pasará en la vida. 

Creo que por encima de todo eso, somos simples personas. 

Renaissance du Romantisme

El Romanticismo vuelve a estar presente. Quizá más que nunca.

Evasión del mundo actual.
Enfermarse nada más leer un periódico o ver la televisión.
Pesimismo.
Ansias de libertad negada.
La individualidad de cada un@.

Y pensar que sólo los Góticos y similares han decidido auto-proclamarse Neo-Románticos. "Los únicos herederos del Romanticismo del Siglo XIX, en este mundo enfermo que..." Etcétera, etcétera, etcétera. Todos cortados por el mismo patrón.

¿Acaso nuestras ideas son propiamente nuestras, o son fruto de la asimilación y el aprendizaje repetitivo de "dogmas" que llevamos escuchando desde que venimos al mundo?

¿A quién le interesan todas estas paranoias, además de a cuatro gatos? Sinceramente me da igual, me da igual que le interesen a cinco que a cincuenta.

Como iba escribiendo... El Romanticismo vuelve a estar en su época dorada... O negra, sería mejor para definirlo. Miras por la ventana y a lo mejor ves un rayo de luz... A través de capas de polución y mierda. Así como suena. Es algo sucio. Pones las noticias, ¿qué esperas? ¿Noticias alegres? Muertos y más muertos. Vivimos del puto morbo. Nos pone ver accidentes, por eso la gente frena cuando alguien se revienta la cabeza contra el volante en cualquier carretera. Todo ese tema de la violencia, los asesinatos... ¿Por qué salen tanto en la televisión? Ni que nos recreasemos con el dolor ajeno. Y luego la gente se permite el lujo de denominarse "cuerda". Los huevos.

Esperas encontrar gente "distinta", incluso cuando esa "gente distinta" parezca cortada por el mismo patr... No voy a poner en mi boca frases que no pienso correctas. Cada persona es un mundo, otra historia es que en toda la gente que se mueve en ambientes "underground" parecen coincidir de manera fatalista temas como: divorcio, separación, bullying, aislamiento social impuesto por otras personas, etcétera. Esta gente suele ser cerrada, recelosa. Como un animal recién capturado. Y la gente se extraña, se extrañan de que después de tantas patadas el animal mire con recelo al hombre. Pues esto es lo mismo, esperan que, después de tirarles encima toda la mierda, esperan que les reciban con un abrazo. Hoy estoy... Chuck-Palahniuk-esca.

Por ejemplo. Los Emo. Tan mal vistos, como unos pijos-ricos-niñ@sdepapá-quejicasgratuitos. Oh, vamos. Todos nos quejamos. Los emo eran alegres. Todos somos alegres... Hasta que levantas la tapita y te asomas al bote y dices "Oh, mira, es un montón de mierda en lugar de caramelos". Sigo siendo optimista, no quiero que esto me haga quedar como una de esas tías amargadas que se levantan a las 4 o a las 5 o a las 6 para zamparse un helado, ponerse a ver la tele y llorar a moco tendido como si les pagasen 5 pavos extra cada lágrima soltada en el drama americano del Domingo Por La Tarde.

Lo único que pasa es que pienso que el Romanticismo no ha muerto. Que sólo se ha dividido en mil y un caras. Que si la gente se evade tanto es por algo. Que si abundan los talentos incomprendidos, tambuén es por algo. Que si... No sé. Qué bonito sería romper el sistema de las etiquetas, pero de eso hablaré en otra entrada.