viernes, 15 de julio de 2011

Red

Me planto en medio del recibidor de casa y me miro al espejo, pequeño y ovalado. Bueno, su casa. Diría que es nuestra, pero ella ya no está. No aquí; bueno, sí, pero no con forma humana. La quería. Alguien dijo alguna vez que era la mayor expresión de amor. En la penumbra, mi reflejo me sonríe ensangrentado antes de vomitar sobre la alfombra naranja. Desando mis pasos arrastrando los pies, dejando ríos -huellas- tras de mí por los pasillos. Oh. Los azulejos blancos. ¡Blancos! ¿Por qué son rojos? ¿La encimera no era gris? ¿Por qué es roja? Nos amábamos, yo a ella, ella a mí. Eramos un todo, eramos una. 


Rojo, todo es rojo, todo son salpicaduras, ríos de su vida desparramados por los azulejos. Todo es rojo. Creo que beberé algo. También es roja, la nevera es roja, mi ropa es roja y pegajosa, pringosa y húmeda. Tiro de la puerta fría -Roja, húmeda y pegajosa-. No hay luz en el interior (¿Se habrá fundido la bombilla?), no hay luz ahora que ella se ha ido. Sí la hay, pero no quiero verla. Y más rojo -¡Sangre!- Roja, roja roja y brillante y está por todas partes lo inunda todo todo y apesta... Oh Dios Mío Todo todo todo Yo la quería. 


"El canibalismo es la mayor expresión de amor humano."


Oh Diosa Mía. No me mires, no entre latas vacías y rojas. Yo te amo.

lunes, 11 de julio de 2011

Sinceridad.




Supongo que, ya que en este blog plasmo y plasmaré parte de mis ideas, historias y demases, los escasos lectores que tengo merecen un poco de mí, un poco de eso, de sinceridad.

No me gusta madrugar, y muchos días ni desayuno (por prisa o por desgana), tampoco me gusta acostarme muy pronto, digamos que me he acostumbrado a eso de acostarme a las doce-y-media-una-menos-cuarto-una-y-cuarto y levantarme a las siete-siete-y-media de la mañana. Algunos días duermo con una lámpara de lava encendida, el líquido es morado y las burbujas color crema claro (rara donde las haya, tan típicamente rojas o verdes), o si no con la luz de un montón de pegatinas fluorescentes que tengo en la pared y el techo. Y pasando a otras cosas cotidianas, no soy aficionada a lavarme los dientes. A ver, yo me lavo y tal, pero digamos que va en periodos obsesivo-compulsivo-maníacos medio frecuentes. Me gusta inventar recetas de Cola-cao (o Nesquik, son lo mismo con distinto nombre y bote) con nata líquida de cocina y café con mucho azúcar, y los sándwiches de mortadela con ketchup y tomate en rodajas, o atún en aceite con aceitunas rellenas. O galletas maría con salsa barbacoa. Y haré mi apartado de "Recetas tenebrosas".

Me gusta leer casi cualquier cosa, excepto novelas "prototipo" (Chica A conoce a Chico B, Chico B resulta que no es normal por X y al final aparece Chico C para montar un triángulo amoroso la mar de interesante. Psché.) o novelas pastelosas de esas románticas que suelen sacar en los quioscos. Son todas repetitivas. Me acabo de aficionar a la novela negra cortita tipo Escupiré sobre vuestras tumbas o El cartero siempre llama dos veces, aunque también tienen puntos en común, será cosa de que son del mismo género. Otros libros que me he leído recientemente son Hermosas Criaturas, de Kami García y Margaret Stohl, y Firmin de Sam Savage. Firmin es un librazo aunque sea finito, lo recomiendo completamente si a alguien le apetece leer sobre una rata lectora. 

Pero volviendo a esta entrada. Duermo con peluches, con una ballena gris pequeña y un peluche pequeñajo y raro de Joker, además de dos Skelanimals y un Igor (el de Winnie the Pooh xD). Hace meses que no me compro mangas y mis últimas compras fueron cómics de la DC, qué vamos a hacerle. Sigo siendo fan empedernida de Sandman de Neil Gaiman y espero conseguir pronto el cómic de Orquídea Negra. Pero sigamos: hoy he visto Kirikú y la bruja, y luego veré La Liga de los Hombres Extraordinarios. No están mal ninguna de las dos, al menos para mi gusto. Pero bajando de las ramas, volvamos a la sinceridad. Soy una chica de diecisiete años de gustos simples, cosas como los libros, papel y lápiz y discos de música por todas partes. En mis ratos libres boceto cualquier cosa que se me pase por la cabeza, e incluso escribo relatitos cortos con tintes o muy rosas o muy sádicos. Hablando de sádico, hace poco me releí Justine o los Infortunios de la Virtud del Marqués de Sade, si alguien sabe dónde conseguir su libro paralelo, Juliette o el Triunfo de los Vicios, que me lo comente, por favor. Tengo pendiente leerme Filosofía del Tocador, La Historia de O, Nueve Semanas y Media y El Péndulo de Anne Radcliffe, o quizá El Niño Pez, aunque no conozco la autora. O a lo mejor le echo estómago y cleanex y vuelvo a ver Habitación En Roma (película sobre la que irá mi próximo análisis).

Bueno, y creo que hasta aquí un poco más de sinceridad de la que había soltado un poquito entre entrada y entrada. Es un poco larga, así que +5 de Carisma a quien llegue hasta el final. Y si eso, +5 en Intelecto de regalo.